El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Instituto Nacional de Bellas Artes, la Coordinación Nacional de Teatro, Teatro Gótico y Cadáver exquisito presentan:

 

Londres, 1888. Henry Jekyll, gentil médico victoriano, está obsesionado con la dualidad de la conciencia humana. Sus experimentos lo llevan a descubrir una droga que despierta a su Yo reprimido: el depravado Edward Hyde. Simultáneamente, comienza a ocurrir una serie de extraños crímenes: Cinco prostitutas son asesinadas brutalmente en el barrio de Whitechapel por un enigmático ser que firma sus cartas como Jack el Destripador; en la misma zona es descubierto el cadáver del parlamentario Danvers Carew, molido a golpes. ¿Existe una relación entre estos hechos? En la resolución del misterio se verán involucrados un abogado, el médico personal de la Reina Victoria, un detective de Scotland Yard, un camarero y una prostituta. En medio de la niebla londinense podemos sospechar de cualquiera…

 

El extraño caso del doctor Jekyll y Míster Hyde de Robert Louis Stevenson apareció a fines de 1885. Es una historia atroz e inolvidable porque trata acerca del monstruo más temible: el que, vivo en nosotros, desata sus amarras sin aviso. Aun cuando previamente conozcamos el desenlace, cada nueva lectura admite el deslumbramiento fragmentario, el misterio que crece gradualmente. Siempre queremos saber más y, al mismo tiempo, no deseamos llegar al fin de la lectura. Como advierte Román Gubern, se trata de “un libro de intriga criminal pero también es una novela de terror y de ciencia ficción, además de constituir una fantasía psicológica, una novela filosófica y una alegoría moral.”

         Todos hemos tenido que elegir dar libertad a la parte siniestra que vive en nuestro interior. Porque yo es otro, escribió Rimbaud. Ese que ya no soy ha dejado de pertenecerme, actúa por su propia voluntad. ¿Quién pronuncia las líneas finales de la obra? ¿El desesperado Hyde -ebrio de la lujuria de la vida- que trata de impedir por todos los medios la escritura del punto final o el altruista Jekyll que decide terminar con su vida y así romper el espejo que lo llevó a ver lo que otros hombres habían creído ver?

          La presente obra es una nueva lectura de una obra y un tema inagotables. El Londres de los victorianos, ése por donde caminaron Jack el Destripador, Sherlock Holmes y el Hombre Elefante, es en muchos sentidos el México de Ciudad Juárez, con su doble moral, sus graves diferencias sociales, sus crímenes ante los cuales es imposible guardar silencio. Más de un siglo después de su primera aparición, la parábola de Steveson es un espejo donde todos, de una u otra forma, nos reflejamos.

 

Dramatis personae

Mauricio Davison

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Dr. Henry Jekyll / Sr. Edward Hyde

José Roberto Hill

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Gabriel John Utterson, un abogado

Guillermo Henry

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Ears, un camarero; también Poole, un mayordomo; también Lord Danvers Carew, miembro del Parlamento

Homero Matturano

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Dr. William Gull, médico de la Reina Victora

Miguel Solórzano

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Inspector Frederick Abberline, detective de Scotland Yard

Lourdes Garza

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Mary Kelly, una prostituta del East End

 

 

Dirección, iluminación, musicalización y dramaturgia

 

 

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Eduardo Ruiz Saviñón

Asistente de dirección

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Ana Luisa Campos López

Producción ejecutiva

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Eloisa García Guerrero

Diseño de escenografía y vestuario

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Vladimir Maislin

Asesoría escenográfica

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Sergio Villegas

Realización de video

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Armando Matturano

Diseño Gráfico

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Roberto Coria Monter

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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*Presentada en el Teatro El Granero del Centro Cultural del Bosque del 4 de octubre al 9 de octubre de 2005.

Reinicia temporada en enero de 2005.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Copyright, 2005. Publicación trimestral de Cadáver exquisito. Todos los derechos reservados.

Próxima actualización, enero de 2006.